Mario Marsili es una especie de viejo rockero del spaghetti western. Un hombre cosmopolita que, hasta donde he podido contar, habla a la perfección italiano, inglés y español, probablemente los tres idiomas más representativos del Oeste rodado en Europa. Vive en Estados Unidos, la tierra originaria del far west, pero él respira en modo spaghetti. Desde hace más de 20 años empezó una especie de peregrinaje cinéfilo que le ha llevado a recorrer Granada y, sobre todo, Almería, para descubrir las localizaciones naturales donde se inmortalizaron sus westerns favoritos, los de Leone, Sollima, Petroni, Corbucci…
Pero esta aventura, la de visitar los decorados naturales de Almería y repetir durante más de 20 años el mismo viaje, no la ha vivido solo. En un primitivo internet, cuando existían portales como Ozú o Terra y en vez de likes se enviaban sms a los móviles en un mundo sin emoticonos, Marsili se convirtió en una especie de reclutador de enamorados de los westerns rodados en Almería.
El papel de Marsili en esta etapa fue el de un evangelizador del profeta Leone hasta que, de alguna manera, logró impulsar la creación de un nutrido grupo de fanes (sí, en castellano tenemos un serio problema con el plural de esta palabra) que ningún año falta a su peculiar cita con la meca del cine en Europa. En ese grupo encontramos a alemanes, británicos, australianos, japoneses, italianos…, como a veces coincidían esas mismas nacionalidades en el rodaje de algún western mediterráneo.
Y esa pasión que comparte este grupo de incondicionales de Sergio Leone & cía, la han querido inmortalizar a través de varias películas de carácter amateur, aunque cada vez rematadas de forma más profesional, en las que emulan las escenas de sus héroes de la gran pantalla. Una especie de canibalismo cinéfilo donde el amor por las películas de ayer fluye con una fuerza casi sobrenatural.
Manuel Hernández, gerente del Hostal Alba de Los Albaricoques, la pedanía que hechizó a Leone y que utilizó como escenario en ‘Por un puñado de dólares’ y, especialmente, en el tramo final de ‘La muerte tenía un precio’ con el triello entre Lee Van Cleef, Gian María Volonté y Clint Eastwood en la famosa era, hoy por suerte recuperada, ha querido agradecer con un acto simbólico, pero cargado de emoción, el trabajo de Marsili.
En una cena sorpresa con varios amigos cuya amistad se ha gestado en estos años de viajes, Hernández rindió un homenaje a su colega Marsili. Le entregó una placa conmemorativa, un pequeño detalle con el que el dueño del Alba, donde ha levantado un templo en torno al cine y ‘La muerte tenía un precio’, le quiso agradecer “haber despertado en mí la pasión por el cine, nuestro cine, para que modestamente empezara a luchar por dar a conocer la población de Los Albaricoques, la comarca de Níjar y Almería. Y que, gracias a todas las personas que han luchado y siguen en la brecha, hoy Almería empiece a ser reconocida en todo el mundo”.
Hernández remata sus palabras con un nuevo elogio a su amigo Marsili: “hay que dar las gracias a personas como Mario, por su incansable lucha y tesón. Reunir a tantos aficionados al western del mundo entero y hacer posible que sus vacaciones coincidan en Almería para festejar el western europeo…, es algo muy meritorio”.
Mario Marsili guarda la apariencia de un tipo duro, aunque en su interior lleve siempre al niño que se emocionó al ver en el cine ‘al hombre sin nombre’ por primera vez. Esa ilusión del niño Mario es la misma que le empuja a venir cada año a Almería para seguir jugando a las películas, una acción con la que evoca la inexplicable y fascinante agitación que una y otra vez le transporta al santuario de su llorado Leone, que no es otro que la tierra de Almería.
Que sean muchos años más los que podamos disfrutar de Mario Marsili y sus acólitos del western europeo, un viejo rockero del spaghetti western, un almeriense más.
Agradezco a Cristaldi para este articulo que me honra. Lo ha hecho muy bien. Lo he leido con mucho gusto. No soy una alma aislada, me do cuenta, pues hay mucha gente que percibe lo mismo sentido «mistico» al recorrer las sendas Leoniana, o lo que de esas queda hoy. Soy un especialista en buscar sitios y tomar fotos y rodar peliculas amatoriales en la comarca Almeriense, pero hay muchos aficionados al norte de Espana, que han trabajado con magnifico esfuerzo en la restauracion de el cementerio de Sad Hill. A vosotros todos mi admiracion y gratitud!
Mille grazie Renato !